Estamos abriendo etapas con sonrisas y lágrimas. Ahora, sin pararse demasiado a darles respaldo y explicación, dejamos que salgan sin medida sintiendo muy fuerte. El bagage empieza a acariciarnos la nuca suave, para que le sonriamos de vez en cuando. Todo lo que ha pasado en dos décadas y media sabe lejos pero huele bien. A mar, arena, aeropuertos, hojas de examen, hemerotecas, polvo, cambio de color en las paredes, atentados, altercados, amigos. Y ellos, que se empeñan en seguir allí, como parte de todo lo que llevamos de viaje cada día en el metro. Como las letras en cuadernos blancos. Como las gotas que quedan aún de mi perfume favorito en distintos frascos...Gracias por las palabras, los abrazos, las sonrisas, las tardes, las noches, la risa, el sexo sucio, las olas negras, los árboles y las borracheras... y las noches en vela.
¡Bata-pim-pán! Allí estuvimos, y lo contamos