Tuesday 17 February 2009

Muchos "otros demonios"

Texto escrito el 13 de enero de 2009 en el aeropuerto de Florencia. Todos los paréntesis son ideas que me vienen en la transcripción. Días después, crucé la misma teoría en la cafetería Mallorca.

Finalmente las cosas cambiaron. Porque nada queda ni permanece inalterable jamás, y porque torres más altas cayeron cuando dejé de estudiar a Heráclito. ¿Por qué se rompe lo hiper-atado? ¿Por qué se deja de querer? ¿Por qué es tan fácil y tan vulnerable el verbo querer sinónimo de voluntad? Se deja de querer querer... ¿Así de sencillo?
Sobre esto tengo una teoría

La sociedad actual es tan volátil como esperar en los aeropuertos.

Creemos no vivir en ciudades de paso, ni lugares comunes. nos esforzamos por asirnos a cosas que nos hagan reales (aunque en el fondo sabemos que la única verdad es la que nos queda cuando nos metemos solos en la cama por la noche) Y creemos que somos únicos y que lo que nos ocurre sólo nos pasa a nosotros (porque nos encanta sentirnos únicos, y ver que no lo somos) Sólo cuando ocurre a nuestro lado somos conscientes. Pero yo hice ayer (día 12 de enero) un descubrimiento... Estaba allí, pero nunca lo había mirado de frente.

Nadie se conforma y nadie quiere vivir renunciando a este contemporáneo concepto de vivir, como sinónimo de realizarse.

Pero vivir como droga, persiguiendo correr para no verse arrollado (que no arroyado, aunque sería bonito, porque vendría de arroyo, fluiría, y nunca estaría en calma) por el tiempo [tempus fugit], sólo crea más dudas, y más incertidumbre y ahoga más. Así que todo funciona al revés de cómo pretendemos: queremos vivir y acumular el mayor número de vivencias (que nos quepan en las retinas y la capa más profunda de la piel, la que no se muda), pero en ese viaje nos asaltan tantas otras experiencias que no nos queda más que cazarlas al vuelo, como mariposas que mueren en cuanto las apresamos.

"Vivir para encontrarse" es una falacia. Nadie se encuentra, sólo decide pararse y dejar de vivir para coleccionar mariposas-forense.

"Ya no somos compatibles", "Se acabó el amor". Y "¿qué se siente cuando se deja de sentir?", "¿cómo se explica que se apaguen los sentimientos?" No podemos evitar vivir, respirar, ver y oír... Ahí está la vida que nos arrolla en un badén. Ya no vale agarrarse al "si tiene que ser, será", porque las distancias, los silencios, la frialdad y la indiferencia se unen como un engranaje perfecto que se dedica a borrar, a remover, a destrozar!! todo lo bonito, todo lo vivido por el soñador del siglo xxi.

Este-todos-nosotros, es alguien que nunca será feliz (y tampoco lo es el soñador, porque sólo puede soñar sólo, sólo puede vivir enoñando que soñará con otro) Jamás encontrará una media naranja. Es una creencia que duele, de facto. Es renunciar a opositar para trabajar en una farmacia y así pagar el piso conjunto. Es pedir el traslado para ser profesor en la ciudad donde vas a vivir con tu novia.

Son sacrificios que alguien decide hacer, acaba echando en cara al otro, y cuando hay un bache, darle empaque, y dotar de sentido al cuchillo de las rupturas.

Las encrucijadas son pruebas que sólo superan las relaciones que han renunciado a parte del sueño, y asumido la renuncia.

Es elegir soñar distinto. Recuerdo que cuando empezamos a salir solía decirle que le estaba "buscando la medida". Que me estaba adaptando al molde conjunto que estábamos construyendo. Y me tumbaba a escuchar su corazón. Pensaba que podría pasar así horas. Y le cantaba.

Es fácil olvidar si ignoras, si corres para que no te alcancen los recuerdos.

Florencia, a 16 de enero de 2009

Saturday 7 February 2009

Recordé esta mañana que vimos juntos el eclipse de sol. Las medias lunas se empezaron a clavar en la fachada del edificio de psicología. Hacía calorcito, pero no creo que fuera primavera. Más bien creo recordar cierto frío...
No recuerdo cuándo ocurrió, pero allí estábamos, en cuarto de carrera jugando con la réflex en el patio de la universidad. Sí, porque mi universidad tenía patio. Es curioso traer recortes de lugares donde has sido feliz. Es bonitamente triste pasar por los mismos bancos a distinta temperatura, luz y mochila.
Me he sentado en muchos bancos a lo largo de estos casi 26. A veces consciente, otras, simplemente sola...

Remite


  • kay

  • Llegué por casualidad y por una conversación de cafetería envuelta en dudas. Encontré en los paraísos electrónicos los abrazos más auténticos... viajé sola por Kioto, por Dresden, embotellé lluvia y suelto lastre. Ahora sólo escribo, de oficio. Y en septiembre de 2009, años después de posarme para aterrizar, vuelvo a emprender una aventura voladora; desnuda y rellena de letras. bienvenido
radiografía
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tinta y prosa
y letras e historias con máscara
y cristales rotos...
y tus ojos, reinterpretándolo todo



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