Un día de pronto, ya no tenía cuerdas vocales. Me las arranqué, o se deshicieron solas, gritándote que ya estaba bien de no quererme. Que no puedo pedir a nadie que me quiera pero tampoco dejarme la vida intentándolo. Después de hacer esfuerzos enormes por demostrarte cosas y que te atrevas... sé que no he conseguido absolutamente nada. Y espero simplemente que algo se esfume en el aire... como el cohete que tiran desde no sabes muy bien dónde pero que estalla en el aire y te mueve por dentro. Y ese momento, que espero sentada en un banco, va a llegar de un momento a otro. Tú te irás, yo me cansaré o nos daremos cuenta de que nada tiene sentido y sólo la inercia nos lleva. O que nos hemos empeñado -yo más- en que funcione y no lo hace. Que no se me mueve nada dentro porque a ti tampoco... Y que me dejas fría todos los días al despedirnos. Y que me preguntan por cómo nos va y la respuesta nunca me arranca una sonrisa. Que tengo que saltar de liana en liana porque tú no quieres que me quede. Que yo ya estoy muy cansada de estar triste. Y que no es fácil darse cuenta de que no le importas a la persona que más te importa. Y que estoy desgastándome y... que esto no va. No va.
Post a Comment
Escribo para ti, para mi, para contarte y que descifres cuando quieras lo que necesites. Para hacerte recordar, para guiñarte un ojo, para darte la mano, para sonreír contigo... Gracias por comentar