Reescribiste, como sólo tú sabías hacerlo, planetas, estrellas, lunas. Redecoraste mi sonrisa y el curso de mis lágrimas tantas veces... Y yo, tan anónima, recortándote en pedacitos para pegar mi pena, mi culpa, mis alegrías y mágicas noches... por la habitación. Y tú ni siquiera lo sabías. Pero se acabó. Cerraste el grifo, y es definitivo. Eras etéreo detrás de las frases que yo sabía que no pintaste por mi, pero que adivinabas... Fuiste cauce de mis desbordamientos, y desbordamiento de mis cauces (los más bonitos, los más sentidos, los gin tonic y kit kat de madrugada). Fuiste las líneas que se comparten, que laten por personas sin nombre que pegaron sus ojos -y aún pegan- a tus letras. Y tantos acordes de por medio. Y tantas, tantas cosas fuiste... Y ahora, hoy, que ya no estás y tus líneas son punto y final de tu último poemario... Ya, sólo, eres, que eso es lo que siempre cuenta, en tinta, en papel y en páginas y páginas... Como la voz a ti debida que ya no tengo y no sé ya quién guarda. Benedetti, siempre. Viva el 88. Y tus mil millones de letras.
Recité por ti a voz en grito hoy en la Quintana.
Gracias
Recité por ti a voz en grito hoy en la Quintana.
Gracias
Adiós y gracias, sobre todo gracias, al enorme poeta de la república oriental...
Posted by
Alvaro |
Monday, May 18, 2009 2:16:00 am
Post a Comment
Escribo para ti, para mi, para contarte y que descifres cuando quieras lo que necesites. Para hacerte recordar, para guiñarte un ojo, para darte la mano, para sonreír contigo... Gracias por comentar