
Preguntan sus dedos.
Borra.
Vuelve a escribir casi encima.
¿Quedamos mañana?
Tacha.
Y vuelve a escribir, al lado.
¿Te espero mañana?
Vuelve a mirar hacia la pared.
A su lado, ella sólo sueña, preciosa.
Observa tranquilo y entusiasmado, cómo levanta los párpados cuando respira así, entrecortado.
Hoy también y volverá a dejarla de madrugada.
A su lado, ella sólo sueña, preciosa.
Observa tranquilo y entusiasmado, cómo levanta los párpados cuando respira así, entrecortado.
Hoy también y volverá a dejarla de madrugada.
Y al final sólo una nota, al pie...
Queda café en la nevera
guardalo, pronto, volveré a pasar por la ciudad del medio
abrazos ausientes desde el norte
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pqueno |
Sunday, February 25, 2007 9:49:00 pm
Dicen que existen ocasiones en las que se dice mucho sin llegar abrir la boca. Pero también están esas ocasiones en las que es necesario decir algo.
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Gato negro |
Monday, February 26, 2007 10:49:00 am
Hoy he visto que cuando no se sabe cómo decir las cosas, lo mejor es escribirlas y dejar que el otro las lea. Como si estuviera hablando contigo, pero con los dedos
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An@ |
Friday, March 02, 2007 9:11:00 pm
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Escribo para ti, para mi, para contarte y que descifres cuando quieras lo que necesites. Para hacerte recordar, para guiñarte un ojo, para darte la mano, para sonreír contigo... Gracias por comentar