Lo material es solo eso: madera, tela, algodón, caucho, papel... material. Una mesa sólo es una mesa. Aunque para mi hoy sea la cámara topográfica de todas tus habitaciones.Cualquiera de los elementos podría acabar con ellos.
El agua, disolver tus notas de papel. El fuego, destruir absolutamente todo.
El aire se llevaría todas las palabras que aún vienen en el mismo viento. La tierra, enterraría todo vestigio de lo que aún quedase a la vista.
Algunas noches, cuando ya es noche avanzada, cuando resuenan las campanas, dan las horas, los cuartos y las medias... Será porque suenan fuerte los postigos de la ventana y cuando los ojos de trapo, -los suaves, los que nunca se cierran- me miran apoyados al otro lado de la almohada, veo en ellos la rapsodia de los elementos.
Se me vienen a ráfagas, a bocanadas, a dentelladas... me ahogan los recuerdos con un solo indicio material que desencadena una ola de imágenes.
Pienso en Sabina con sus 19 días y sus 500 noches.
Y decido cerrar los ojos, darle la espalda al trapo, aunque duele y decidir qué toca soñar hoy y qué sueños se cumplirán mañana.